Un bebé llamado Robert Gallower, Bobby para los amigos, a quien su abuela le mojaba el chupete en Hayman's Old Tom y la leyenda que rodea al que se convertiría en uno de los mejores bartenders de Nueva York es la fuente de inspiración del local que nos ocupa.
El interiorismo en este local cercano a la plaza Rius i Taulet es rico en texturas y da la sensación de bar vivido. Pequeños detalles como su barra forrada con un collage de puertas antiguas y los muebles, hechos de cajones reciclados, ayudan a marcar este allure.
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